Como cuidadora infantil dedicada, me apasiona fomentar un ambiente enriquecedor y
acogedor para los niños pequeños. Creo en el poder de la diversidad cultural y me
esfuerzo por incorporar las costumbres y creencias únicas de las familias en nuestras
actividades diarias. Al colaborar estrechamente con los padres, mi objetivo es
empoderar a los niños con habilidades prácticas para la vida que promuevan la
independencia y la conciencia ambiental.
A través de tareas apropiadas para su edad, como doblar toallas de mano, rastrillar
hojas, limpiar mesas, regar plantas, preparar refrigerios, lavar platos, emparejar
calcetines y colgar ropa con pinzas para la ropa, los niños desarrollan habilidades para
la vida esenciales y un sentido de responsabilidad. Estas experiencias prácticas no solo
contribuyen a su desarrollo físico y cognitivo, sino que también inculcan un sentido de
logro y orgullo.
Además de las habilidades prácticas para la vida, priorizo el desarrollo de las
habilidades socioemocionales. Al fomentar la bondad, el trabajo colaborativo y la
amistad, creo una comunidad solidaria e inclusiva donde los niños pueden aprender a
interactuar positivamente con los demás.